sábado, 23 de octubre de 2010

Paradigma

"Sólo hay una verdad absoluta: que la verdad es relativa".
André Maurois (1885-1967) Novelista y ensayista francés.


“Jesús es un mito.  No existe documentación histórica neutral acerca de él. A los ojos de todos Jesús es simplemente el hombre ideal, del cual cada uno se hace una imagen adornándole con todo tipo de cualidades que nada tienen que ver con las que ofrecen los documentos conocidos.”

“Prácticamente todos los expertos consideran la existencia de Jesús un "hecho" histórico, incluidos los expertos agnósticos y ateos, quedando patente que el único objetivo de los ideólogos tanto "anti evolución" como "anti existencia histórica de Jesús" es generar confusión.”

“El calentamiento global por CO2 es un fraude. La problemática del calentamiento global ha sido inflada con fines políticos y económicos.”

“El mito del Holocausto fue creado solamente para el beneficio económico de Israel, para exigirle millonarias sumas a Alemania por concepto de reparación de daños y para justificar políticas criminales del Estado de Israel y el apoyo de Estados Unidos".

“La influenza H1N1 fue un mito inventado por el gobierno con el fin de distraer a los ciudadanos mexicanos mientras se cambiaban las leyes, para evitar protestas por el primero de mayo y para que se nos olvidara la crisis".


En Yahoo! encontré 3.880.000 resultados para el mito de Jesús; 3.030.000 de pruebas históricas de su existencia; 941,000 para el mito del calentamiento global; 938,000 para el del Holocausto. Cada página con razones y “pruebas” que “demuestran” que sus argumentos son verdaderos… pero, ¿quién posee La Verdad? ¿Podemos acceder a ella? 



Millones de personas sostienen determinadas creencias e ideas como ciertas y otros tantos millones sostienen exactamente lo contrario. La única verdad es que cada quien tiene la suya. Defendemos opiniones como si fueran hechos y las fundamos en más opiniones. Una idea diferente la vivimos como amenaza existencial. Tomamos nuestras creencias como axioma matemático.


"Conoces lo que tu vocación pesa en ti. Y si la traicionas, es a ti a quien desfiguras; pero sabes que tu verdad se hará lentamente, porque es nacimiento de árbol y no hallazgo de una fórmula".
Antoine de Saint-Exupery


Cada persona ve una misma situación de manera diferente, pues al regirnos distintos paradigmas, hacemos particulares juicios para darle sentido a lo que vemos. No podemos ver de manera imparcial. La objetividad como algo fuera de nosotros no existe. 



El primer principio de la Ontología del Lenguaje, del filósofo chileno Rafael Echeverría nos dice que no sabemos cómo las cosas son, sólo sabemos cómo las observamos. Vivimos en mundos interpretativos. No podemos acceder al hecho en sí, sino a través de nuestra única forma de ver el mundo, a través de nuestros juicios y de nuestra individual forma de pensar.


Todo lo que creemos nos “hace sentido” debido a nuestra historia personal que nos permite ver las cosas de esa forma y no de otra. Tendemos a pensar que podemos acceder a los hechos de manera totalmente imparcial, que frente a un hecho (que a lo mejor a nosotros nos parece muy obvio) todos necesariamente lo tienen que ver de la misma manera.


 “Lo que veo es todo lo que hay”; “si yo no veo algo más es porque no existe”; “si pasa una vez volverá a pasar”; “las cosas no pueden ser diferentes”; “lo que es siempre será”. Y pensamos que esto pertenece al hecho en sí y no a nuestra mirada particular.


"Cree a aquéllos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado".
André Gide



La idea de que podemos acceder a la verdad nos coloca en una posición de superioridad con respecto al resto de los mortales que viven en el error. La Verdad se convierte en nuestro escudo que nos defiende de la gente que vive equivocada, y nos concedemos el derecho de “hacerles ver la luz” y sacarlos de su ignorancia.


Pocas cosas hay tan dolorosas y frustrantes como no ser capaces de lograr que los demás vean las cosas como nosotros lo hacemos. Todo lo vemos a través de nuestra interpretación, a través de nuestros paradigmas, mismos que escogemos a priori por que nos gustaron, o sea, por motivos meramente emocionales.


Los dilemas no son problemas racionales, sino emocionales. Viéndolo de esta forma la confrontación y el debate para “sacar del error” al oponente es una absoluta pérdida de tiempo y energía, y lo único que logra es debilitar la relación, pues no se respeta el hecho de que cada quien ve y verá lo que quiere ver.


 Únicamente cambiaremos de opinión cuando cada quien lo decida y cuando una idea diferente nos haga más sentido. Propongo entonces que nos guiemos por la ética, que nos orienta a buscar el respeto mutuo y el bienestar común. Debido a que cada quien defiende “su verdad” desde la emoción, la solución a diferentes creencias, no está en uniformarlas, sino en respetarlas.
Sospechar de nuestras certezas nos podría enriquecer más que tratar de imponerlas a los demás.


¿La paz? Podríamos avanzar en ella con algo así como: “el respeto a la verdad ajena……”


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3 comentarios:

  1. La verdad eres TÚ y cuando la vez te das cuenta de que ellos tambien son verdad... Somos iguales en la verdad... Amarás a tú prójimo como a tí mismo... El respeto al derecho ajeno es la paz...

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  2. Del pasado recuerdo poco, ¿Habrá existido?, el futuro aún no llega. De la única verdad que estoy cierto es que estoy aquí y ahora escribiendo estas palabras dentro de mi sueño.

    No existe la verdad, ¿Y la realidad? tal vez, pero cada cuál la describe como la sueña a través de ojos, distintos de los míos. Así que nadie la conoce... ¿existirá entonces?

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  3. Creo que Marco Aurelio lo expresó estupendamente así en sus Meditaciones: 7. No te arrastren los accidentes exteriores; procúrate tiempo libre para aprender algo bueno y cesa ya de girar como un trompo. En adelante, debes precaverte también de otra desviación. Porque deliran también, en medio de tantas ocupaciones, los que están
    cansados de vivir y no tienen blanco hacia el que dirijan todo impulso y, en suma, su
    imaginación. ~ Marco Aurelio

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